miércoles, 2 de junio de 2010

Ajedrez por Rufino Marín


Ajedrez
¿Foquismo?
por Rufino Marín
rufinomarin3@hotmail.com



Cuando en mayo de 1962, felizmente fui dado de baja del inútil y degradante ser- vicio militar obligatorio, cuya única finalidad de hacer perder uno o dos años de vida, trabajo y estudio a los jóvenes era la de convertirlos en miserables y en siervos de los parásitos, decidí mirar para adelante y aprender a jugar al ajedrez, donde esperaba encontrar un ambiente superador. Grande fue mi decepción inicial al comprobar que tan hermoso juego era dirigido por una oligarquía cerrada. Los clubes de ajedrez, todos en aquel entonces, hasta los más populares, era de ex- clusividad de viejos adinerados; se discriminaba a las mujeres y era un pecado ser joven o ser pobre.
Lejos de desanimarme, decidí luchar para cambiar esa realidad, popularizar el ajedrez y terminar con la falta de reglamentos claros, con los privilegios, los favoritismos, las discriminaciones, las arbitrariedades y todo lo que entendía y entiendo son injusticias (por lo menos en el ajedrez).
Por supuesto no fue fácil. Fui perseguido, discriminado aislado y combatido de mil formas que ya esperaba, porque salí a romper lanzas contra el sistema y sólo podía contar con los jóvenes que iba formando; todo el viejo mundo del ajedrez, si no era mi enemigo era al menos indiferente.
Luego de una diáspora por 5 instituciones diferentes (Jaque Mate, Comunicaciones, Platense, Defensores de Almagro, La Providencia), un 31 de marzo de 1972, en mi departamento frente a la plaza Almagro, con mi mujer y un grupo de chicos que me seguían, fundé nuestra propia entidad: El Círculo de Ajedrez Torre Blanca, que hoy día es la principal institución ajedrecística de todo el Continente Americano. Se había institucionalizado "la banda de mocosos revoltosos" que me seguía. 36 años más tarde, y con toda la experiencia acumulada, soy uno de los fundadores de este Círculo de Ajedrez Laferrere, que si bien no nace para combatir a nadie, sino para iniciar el ajedrez donde nada había, tiene los mismos Estatutos y principios de aquella lucha que empecé hace casi medio siglo, porque en el ajedrez también hay una historia subterránea. Y seguimos entendiendo que con principios de justicia e igualdad, vale la pena popularizarlo en todos los niveles sociales, pero especialmente entre lo mejor que tiene nuestra patria, que es la clase trabajadora y la juventud de ambos sexos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La lucha sigue estimado Sr Marin. Siguen enquistados en lo que para ellos es el poder, el manejo del destino del ajedrez federado, que anula y aniquila al que no tiene dinero. Cordiales saludos, Marcelo Vallejos