martes, 14 de septiembre de 2010

El medallón de Noelia (Una hermosa realidad)

Esta realidad fue escrita de lo más profundo de los sentimientos, de una abuela a su nieta, donde el amor aflora en toda su magnitud. Es normal que todos no lo van a sentir como sus protagonistas, pero seguro que muchos se acordaran cuando alguna vez, alguién les dió algo y les habran dicho ..."cuándo seas grande ojalá te acuerdes de éste momento, que es dado con amor y significa que siempre estaré a tu lado.
Nilda Fabiana López, podemos asegurar que es una escritora superlativa, con una sensibilidad enorme de captar hasta las cosas más pequeña de la vida y donde su pluma traslada en toda su amplitud muchas cosas que el hombre común no ve o no quiere ver.
Ella es orgullosamente matancera y de nuestra querida Gregorio de Laferrere, realmente un lujo que sea nuestra.


EL MEDALLÓN DE NOELIA
por Nilda Fabiana López
Cuando fuimos pequeños siempre un cuento, nos abrigaba antes de nuestro rezo y dormir tal vez soñando, con princesas, sapos convertidos en príncipes y calabazas tiradas por diminutos ratones. Hoy, quiero contarle a una niña muy especial este pequeño cuento, que cuando aprenda a leer, me gustaría que lo atesorara entre todos los tesoros que tiene y que le daré.Como comienzan, los cuentos, ah, sí. Había una vez una humilde mujer muy pobre, que llegó de su provincia (como muchas lo hacían en los años ‘50) con una maleta llena de sueños e ilusiones. Su primer trabajo una fábrica de especias, dónde solo le permitían 15 minutos para comer, ahí aprovechaba para contar por carta (aunque apenas escribía), lo maravilloso de Buenos Aires, como la cobijó, lo feliz que era...eran mentiras, pasaba hambre y frío, tuvo que hospedarse en casa de una tía que tenia tres hijas, se entretenían sacándole la poca ropa que tenía. En invierno solo un saquito muy fino la abrigaba, porque sus primas “usaban su abrigo”, porque estaba en casa de ellas. Comía sola, muy poquito, pues la tristeza la estaba matando, el maltrato era constante. Luego de un tiempo de penar, compró los boletos de vuelta a su hogar, volver no importaba como, pero irse. Era el antepenúltimo día de su trabajo, se levantó muy temprano como de costumbre y tomó el trencito que la llevaría a la estación Sáenz a su trabajo. Pero ese día fue muy especial, en otro vagón un joven rodeado de mujeres, de pronto puso sus ojos sobre ella, tan frágil, pequeña y pueblerina,”fue amor a primera vista”, el viaje nunca se concretó, los boletos cayeron al borde del andén del tiempo y nunca más se separaron. Así como los cuentos de hadas y como se hacía en aquellos años, hubo compromiso, regalitos, una pequeña reunión, con vestido y todo, hasta una tiara en su cabeza, un sueño que recién comenzaba, una historia que empezaba a escribirse. Hubo un regalo muy especial, para sellar el compromiso, un hermoso medallón con un cristo de oro, marco de plata y marquesitas una joya del corazón, una prenda de amor entre dos que se amaban. Así fue que cuando mi madre murió me heredó aquel medallón, qué en cada momento importante en su vida lo usaba y lo mismo me pasa a mí o cuando tengo ganas de sentir esa magia que solo tiene una madre que esta en el cielo, qué se que me mira en cada acto de mi vida. En este tiempo llegué a pensar y después de mí ¿Quién?. En esta vida que Dios me regaló, esta hermosa vida que tengo, con los míos, mí maravillosa familia y estando una tarde distraída en mis pensamientos, se sentó sobre mi falda Noelia.-Abu Kaby ¿Eto que es?.-.-Es el medallón que la abuela siempre atesoró de manos de su mamá, ¿Te gusta?.-Ti.-me respondió con toda su inocencia.-Bueno, cuando cumplas 15 años, aunque la abuela no esté en este mundo, el medallón es tuyo.-.-Mío.- dijo Noelia, con una luz en sus ojos y una sonrisa, pues sus ojos sonríen, (seguro que mi madre tuvo la misma luz en sus ojos cuando lo vio por primera vez), con un gran abrazo sellamos el pacto y un gran beso. Ella es Noelia, el sol de mi corazón, la luz que ilumina mi vida, pequeña pero fulgurante, qué es capaz de elevarte a los cielos cuando me dice.-Abu, Kaby te amo.- o hacerme llorar cuando me dice.-Te quiero, hasta la luna.-.el medallón es de Noelia, mí nieta.

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