Juventud Militante
por Rufino Marín declarado de Interés Municipal
Si el ajedrez, además de ser un hermoso juego, sirve además para desarrollar el razonamiento metódico, el análisis y la observación de detalles, no se nos puede escapar el hecho de que algo está cambiando y para bien. Tal vez los cambios más importantes del momento actual, más allá de lo puntual en sí, sean: El hablar de lo que antes no se hablaba ( Hoy ya nadie puede decir "de eso no se habla") cualquiera sea la opinión que se tenga del tema y el resurgimiento de la militancia política con sus consecuentes discusiones, normalmente nutrientes, independientemente del lugar donde se milite. La toma de conciencia de la juventud que sale de la apatía y el desencanto (premeditadamente promovido por los poderosos), genera además la solidaridad militante con quienes no piensan exác- tamente como nosotros. El verdadero enemigo no es el que propone soluciones diferentes, sino el indiferente, el que se autodenomina apolítico, el que renuncia a sus derechos y deja que los demás decidan por él. Por eso, para los jóvenes militantes de todas las tendencias (por más que discutamos) les dedico este poema:
MOLDÉATE
Entre las cosas queridas
que habrá dentro de tu ser,
una idea has de tener
y deberás defenderla
aunque te cueste la vida.
Aguantate las heridas
sin pedir nunca clemencia,
respetá siempre a la ciencia,
nunca caigas en los mitos.
Que no se acalle tu grito
al denunciar injusticias,
ni te tiente la codicia
ni des la espalda al amigo.
Combate a los enemigos
y ayuda a los compañeros.
No vaciles con esmero
en divulgar lo pensado.
Comprende al equivocado
y no perdones al traidor
(En nombre de la razón
que fue ahogada impunemente).
Piensa con toda tu mente,
ama con toda tu fuerza
y nunca sientas vergüenza
por vivir lo que se siente.
Ni bajes nunca la frente
ni pisotees al caído,
que no por haber vencido
serás distinto a otra gente.
Rufino Marín
Entre las cosas queridas
que habrá dentro de tu ser,
una idea has de tener
y deberás defenderla
aunque te cueste la vida.
Aguantate las heridas
sin pedir nunca clemencia,
respetá siempre a la ciencia,
nunca caigas en los mitos.
Que no se acalle tu grito
al denunciar injusticias,
ni te tiente la codicia
ni des la espalda al amigo.
Combate a los enemigos
y ayuda a los compañeros.
No vaciles con esmero
en divulgar lo pensado.
Comprende al equivocado
y no perdones al traidor
(En nombre de la razón
que fue ahogada impunemente).
Piensa con toda tu mente,
ama con toda tu fuerza
y nunca sientas vergüenza
por vivir lo que se siente.
Ni bajes nunca la frente
ni pisotees al caído,
que no por haber vencido
serás distinto a otra gente.
Rufino Marín
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