viernes, 20 de agosto de 2010

Don Atahualpa Yupanqui


Don Atahualpa Yupanqui
por Nicanor Gonzalo Méndez
paginasdeverdad7@hotmail.com
Diversos exponentes de nuestra música folklórica son portadores de nuestro respeto y admiración por todo lo que hicieron a favor de ella, pero, seguramente Atahualpa Yupanqui encabezará esta larga lista. Razón por la cual le dedicaré algunos párrafos referentes a este ilustre folklorista a los lectores de Páginas de Verdad. Tenía trece años cuando eligió el nombre por el cual habrían de conocerlo en todo el mundo. Se puso Atahualpa en memoria del último emperador del pueblo Inca y Yupanqui que en lengua amuta significa "narrarás". Nacido en Pergamino, Provincia de Buenos Aires, en 1908, su verdadero nombre era Héctor Chavero. Su padre era de origen indígena y trabajaba como empleado del ferrocarril y su madre, una vasca, muy religiosa. Cuando tenía ocho años, Atahualpa se trasladó con su familia a Tucumán y allí tomó sus primeras y únicas clases de guitarra, un instrumento que lo fascinó desde chico. En cuanto pudo se largó a recorrer el país, viviendo de los más variados oficios.Fue boxeador, periodista, minero y exhibidor de cine en localidades perdidas, donde daba conciertos por 10 centavos al final de la proyección. En estas odiseas recogió los cimientos populares que formaron su canto. Sensibilizado por el panorama de pobreza e injusticia que encontró a su paso, comenzó a militar en el Partido Comunista. Hacia 1940 sus canciones y su nombre, ya eran populares a través de presentaciones y de la radio, qué era la consagración de entonces. Cuando el General Perón asumió la presidencia, se negó públicamente a sumarse al Justicialismo y por esa causa se lo detuvo ocho veces y sus canciones fueron todas prohibidas. En unas de las ocho detenciones, le rompieron un dedo de la mano derecha poniéndole encima de una máquina de escribir, para que el no pueda tocar más guitarra, pero lo que ellos no sabían, que él era zurdo y por eso siguió tocando. En 1948 se exilió en Paris. Vivió en la pobreza hasta que, nada menos Edith Piaf, lo presentó en escena. Así comenzó sus exitos parisinos y fue aplaudido en los mayores escenarios del mundo y volvió a su nunca olvidada Argentina en forma periódica, aunque desde 1970 tenia su residencia en Francia. Escribió más de mil canciones y una docena de libros y construyó una imagen de artista inimitable y de hombre honesto. Este gran artista de nuestras canciones autóctonas, el 23 de mayo de 1992 murió en Mines, Francia, dejando la estela de autor, cantante, folklorista y poeta. Además de interprete indiscutible de la voz del pueblo. Así, en grandes rasgos, pretendí rendir mi homenaje a este grande, que la plaza folklórica de Cosquín, lleva su nombre, para orgullo de los argentinos.

No hay comentarios: