ÇRISTO REY , está de duelo.
Cristo Rey está de duelo. El 6 de Agosto último, alrededor de las 18 partió hacia la Casa del Padre, Clariza Ilda Costa de Burgos, había nacido un 13 de Setiembre de 1922, en la ciudad de Santa Fe.
Hoy no me resulta fácil escribir. Compartimos 32 años de proyectos y obra. Sueños, momentos personales lindos y también los no tanto.
La veo organizando un asado porque hace falta el dinero para las aulas, al poco tiempo una kermesse, para los bancos. Un festival para comprar máquinas de escribir. De pronto otros asados y rifas para comprar el chalet que luego sería hogar de niños y jardín de Infantes. O ir a hablar con aquellas personas generosas del pueblo que podían aportar dinero para la obra que un día allá por 1958 comenzó a hacerse realidad bajo la mirada atenta y confiada del Padre López.
El Padre López fue el visionario, el mentor y la Sra. de Burgos la hacedora. Y nadie le puede quitar ese mérito. Trabajó denodadamente en reuniones con personas de la comunidad que pedían la creación de una escuela para albergar a muchos niños que no tenían adonde ir. Primero por la escuela primaria, luego la secundaria y en simultáneo el jardín. Hoy el sueño es una realidad que presta no solo el servicio educativo , con la calidad que le impusieron sus fundadores, sino que es fuente de trabajo, como quería el Padre López que fuera, para muchas personas que vivieran preferentemente en Laferrere y con el tiempo, si fueran ex alumnos, mejor. Decía que así la comunidad se retroalimentaba y no se equivocó. Los alumnos vuelven como padres o como docentes transmitiendo de esa manera los valores en que fueron formados. Y aún más, hoy ya hay tercera generación en el colegio.
Es verdad que no lo hizo sola, pero era el motor que impulsaba a los demás a seguirla.
La recuerdo exageradamente celosa en la perfección del trabajo de Secretaría. No podía haber el mínimo error en un nombre, en una nota. Los controlaba hasta el cansancio. Era común verla liquidar los sueldos de todo el personal en una calculadora simple y elemental, cada error la remitía al comienzo de la cuenta pero la satisfacción que sentía cuando todo le daba exacto, bien valía todo el tiempo y el esfuerzo. Fue una excelente administradora para la escuela y también para la Parroquia.
Ambas Instituciones le deben lo que hoy son. La Escuela, el edificio y el hecho de haber sabido llevar a la práctica el Lema impuesto por el Padre López, y la Parroquia, el Templo, para el que trabajó con el mismo o más amor que para la escuela.
Inteligente, profundamente religiosa, intuitiva, con un fino sentido del humor, que le hacía contarnos cuentos de cosas que le pasaban, o inventaba para hacernos reír. Sensible a las necesidades de la gente, siempre dispuesta a dar una mano.
La comunidad de Laferrere debería movilizarse para rendirle el homenaje que tal vez en vida esperó. Ha muerto alguien que sin tener hijos trabajó para los hijos, desde la catequesis. Desde la Parroquia. Desde la Escuela.
El agradecimiento es virtud de los seres bien nacidos, guardemos en nuestros corazones su recuerdo y en nuestra oración su nombre. Ha muerto una SEÑORA. Nos ha dejado una GRAN MUJER.
Prof. Rina Sagaró de Álvarez
lunes, 29 de agosto de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario